Todas las mujeres recuerdan cuando les vino la primera menstruación y seguro que a la mayoría este recuerdo les vierte sentimientos de miedo, sorpresa y vergüenza y llevado desde la más absoluta discreción, más allá de la madre o las amigas más íntimas. Cuando aparece la menopausia, puede aparecer un “déjà vu” en forma de mezcla de emociones negativas reflejando aquella preadolescente confundida y tímida, trayendo de nuevo una etapa natural en la vida de la mujer, desde la discreción y la confusión por los cambios que acontecerán.

Pero esto no debería ser así y la ciencia y la tecnología pueden tener la respuesta. No sólo la comunidad médica debe dar un paso adelante para que la mujer no experimente esta etapa desde el desconocimiento, sino que también la comunidad científica puede avanzar en técnicas de detección precoz de la menopausia mediante biomarcadores tempranos, esas señales de nuestro cuerpo que nos avisa, a menudo sin síntomas aparentes, que algo está cambiando. Por tanto, lo que realmente importa en la salud de la mujer no es realmente la cesión en sí de la menstruación, sino una detección precoz de estas señales que nos permitan desarrollar estrategias de prevención y que la mujer tenga todas las herramientas para gestionar la su propia salud mediante la adquisición de unos hábitos específicos que le acompañen toda su vida.

Podría parecer que las recomendaciones de dieta saludable y ejercicio físico caen en la redundancia cuando se trata de envejecer con más salud, pero lo cierto es que el cambio hormonal que ocurre en la menopausia conlleva una predisposición a sufrir enfermedades graves, como por ejemplo, el incremento de riesgo de enfermedad cardiovascular, ictus, demencia y osteoporosis.

A pesar de que estos cambios tan acusados ​​pueden perjudicar gravemente la calidad de vida, la propia mujer no es consciente de la biología básica de la menopausia y no sabe qué esperar en esta etapa más allá de los conocidos y molestos sofocos. La depresión, la irritabilidad, la pérdida de lívido, el cansancio o el dolor generalizado son parte de la naturaleza de la menopausia y afectan profundamente al rendimiento profesional, la vida en pareja y la propia salud física y mental de la mujer.

Así pues, la personalización, entendida como el conocimiento de cada mujer en clave metabolismo, hábitos y especialmente la dieta dejan de ser palabras comerciales para convertirse en una estrategia viable científica e industrialmente a medio plazo. Porque en cuanto a salud de la mujer, puede hacerse mucho más, siendo inconcebible que en pleno s. XXI todavía nos encontramos con tabúes cuando se trata de la menopausia, no sólo desde el entorno científico-médico, sino, incluso, desde la perspectiva de la propia mujer.

Pero no todo vale en personalización, todavía encontramos un vacío científico en este aspecto y, por tanto, hay que seguir investigando en nutrición de precisión para consolidar esta herramienta como coadyuvante potencial. Por este motivo, desde la Unidad de Nutrición y Salud del Área de Biotecnología de Eurecat, con sede en Reus, se está llevando a cabo un estudio científico para definir estrategias nutricionales basadas en nutrición de precisión dirigidas a mejorar la salud de la mujer en la etapa de postmenopausia. El estudio está abierto y todavía se buscan voluntarias, así que las mujeres interesadas pueden ponerse en contacto mediante el correo estudios@eurecat.org.

En este estudio se utilizarán también las ciencias ómicas (que permiten analizar simultáneamente una gran cantidad de parámetros en una misma muestra) y herramientas bioinformáticas para poder caracterizar el metabolismo de las mujeres y ayudar a prevenir así las patologías asociadas gracias a la prometedora nutrición de precisión. Para llevar a cabo los estudios ómicos (metabólicos y de microbiota intestinal), se cuenta con la participación y la experiencia del Centro de Ciencias Ómicas, una Unidad de I+D+i mixta formada por profesionales de Eurecat y de la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Mireia Bosch, dietista-nutricionista e investigadora de la Unidad de Nutrición y Salud de Eurecat